Al
final nos desgarró por dentro y dejé que el olmo seco, cristalino y
hendido se rompiera en mil pedazos. Dejé que me arrasaran los
sentimientos encontrados que hallé en aquello que demostraba que, en
realidad, no era todo como esperaba ni quería y que a veces tienes una salida, como la boca de metro de aquel barrio por el que un día
te busqué.
¿Sabes?
He sentido. No era Ámsterdam. Tampoco Milán. Era Cádiz. Con la
arena de la caleta y mis viajes que se fundían entre líneas desde
la Navidad en la que no dejé de hablarte en vez de descubrir cada
recodo de Roma. Era. Y ya no es ni quiero que sea.
No
necesitaba volver al Ámsterdam de casualidades, como dijiste, pero
sí sentirme tan viva como el agosto en el que perdí a Ella en la
plaza Javaplein.
He
sentido que llegabas para quedarte y también que quería que te
marcharas porque ya no era el momento.
Siento
que no somos lxs mismxs y que julio se presenta desgarrador.
Amor,
he decidido olvidarnos este julio desgarrador y tejer nuevos
comienzos.
volver
nunca fue suficiente y, ahora más que nunca, quiero irme
Palabras y sentimientos tristes. A veces hay que echar tierra de por medio porque las cosas ya no son iguales. Y aunque duela, hay que ser fuertes.
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