Y hui.
Decidí huir porque era más fácil que quedarme al otro lado de la cama.
Huir era más fácil que los kilómetros que hay desde el bar de las luces rotas hasta el bar de los recuerdos añejos, amargos, de cubos de sueños que se rompen y se van al mar cristalino que los hace añicos. Huir era más sencillo, solo tenía que dar pasos atrás para luego desaparecer, romperme, romperte y nos.
Pero estoy asustada porque siento que me ato, que me agobio, que me ahogo. Sea como sea no respiro, me falta el aire, el aliento y tú. Me falta un lugar en el que ser Yo, me falta Madrid y todos los sueños que allí se ahogan, me falta terminar aquello que no me deja ser quien soy y me falta haber cerrado la ventana que Ella dejó abierta. Me faltan las horas que perdí aquellos tres años y los orgasmos que dejé en Ámsterdam. Me falta el bar de las cenizas y los recuerdos. Me falta no haber terminado de cambiar de bando.
Pero me asusté.
Me asusto.
Me da miedo.
No quiero ahogarme, nos.
Pero necesito ir-
Cuantos más años pasan vamos dándonos cuenta que la huida es la única respuesta que nos queda a muchas cosas que siendo más jóvenes nos decidiríamos a enfrentar de otro modo...
ResponderEliminarSuerte,
J.