Marzo, marzo.

Duele ahora, después de tanto tiempo. Parecía que no dolía cuando ocurrió, cuando todo se hizo pedazos.
Duele ahora que ha pasado el tiempo y sé que nada se puede arreglar.
Duele cuando no conozco a nadie que me haga sentir como tú y ella.
Duele cuando pasas página y sabes que todo lo que has vivido se queda en meros recuerdos que navegan en memorias tristes.
Duele, aquí, muy dentro.
No sé por qué duele ahora. Supongo que acabo de darme cuenta de lo que perdimos. Tú, Ella, Yo.
Y todo por no saber cómo eramos y aceptarnos.
Odio con todas mis fuerzas la mentira que inventamos cuando dijimos que nunca nada iba a separarnos.
Duele como espinas. Y no sé por qué duele tanto. Al fin y al cabo sentí ser la única que intentó parar el terremoto que nos hacía pedazos y nos hundía. Al fin y al cabo fui la única que intentó mantener el contacto. Seguí siéndolo. Lo sigo siendo.
Duele y es injusto que duela. No soporto que siga doliendo. Solo quiero hundirme entre estos mares de memorias tristes. Afixiarme. Olvidar.