Reflejo, capítulo dos: El aullido

Sinopsis:

Mi mundo se limitaba a varias cuevas desde que la luz se había extinguido, a órdenes desde que Lady Dolor ocupaba el mando, a monstruos desde que la Tierra había sido plagada de éstos. 

Pero un día descubrí que nada de eso era cierto, un chico, Hemán, vino a buscarme y me sacó de los delirios de una mujer etérea y malvada, nuestra tirana Lady Dolor. Aunque cuando llegué al Lago Eterno y vi mi reflejo descubrí cosas que quizás no quería saber... ¿Cómo llegué a tal situación? Poco a poco lo irás viendo...

Capítulo dos: El aullido

Mi frustración llegó a tal extremo que cuando caímos en un árbol de grandes hojas que frenó nuestra caída y nos dejó levemente en el suelo le di una bofetada a Hemán y me lancé a por su cuello.

-¿Pero qué has hecho? -Le grité lo más fuerte y enfurecida que pude.- ¡Estás loco! ¡Ahora no sólo morirás tú sino que yo también!

-¿Quieres relajarte? -Me dijo tranquilamente.- Yo no te he empujado. Has sido tú sola. Michel sabes que eres especial y muy en el fondo crees mi historia. Tú te has tirado y me has llevado contigo, luego te has puesto a patalear y he agarrado tus hombros.

-No puedo creer que yo...

-Pues créelo porque nos queda mucho tiempo que compartir juntos.

Y sin más Hemán echó a andar.

Tras un día exhausto en el que yo negaba con todas mis fuerzas que existiera una salida y rogaba en mi interior poder volver, dormimos en una cueva que había en lo alto de una colina. Encendimos una fogata y nos sentamos alrededor de ella.

-Moriremos de hambre en un par de días si no nos han devorado antes los monstruos.

-¡Michel por favor ten un poco de esperanza! Mira, en el mundo real los monstruos no existen. ¡No! ¿Lo entiendes? ¿Tú has visto alguno por aquí? ¡Porque yo no! -Me gritó enfurecido.

-¿Por qué estás aquí? ¿De dónde vienes?

-Vengo de fuera Michel, aunque no lo creas. Me ordenaron venir y averiguar cosas sobre vuestra sociedad. El resto del mundo os tiene abandonados, no les importáis a nadie más que a nuestro país. Lady Dolor es demasiado fuerte, cuenta con un gran ejército y el resto del mundo se rindió hace siglos sin luchar. Y tú tienes una mentalidad revolucionaria.... Me impresionas. Te adaptarás bien al mundo real.

-Supongo que eso es algo bueno.

Minutos después caí rendida al suelo y me quedé dormida. Estaba agotada, mi mente tenía que procesar mucha información nueva, demasiada. Antes de poder dormirme Hemán me susurró:

-La salida está más cerca de lo que crees, mañana podrás ver que mis palabras son ciertas y que existe un mundo con luz y sin monstruos. Gracias por acompañarme Michel, no sé cómo habría reaccionado otra persona en tu lugar...

En mitad de la noche escuché un aullido que me hizo levantarme instintivamente. Escruté la oscuridad que nos rodeaba y no divisé nada de lo que debiese preocuparme. Excepto porque el chico loco que me había sacado de mi hogar donde estaba a salvo ya no estaba. Busqué a Hemán con la mirada y no lo encontré por ningún sitio. Maldecí en mi interior el momento en el que le había echado cuenta aquella mañana.

De nuevo escuché un aullido y un grito desgarrador que provenía del mismo sitio que el aullido, era Hemán, no me cabía ninguna duda...